Emmanuel “El Chivo” Lubezki



“Era un creador inquieto que se convertiría en un verdadero artista, conocedor de la condición humana que se expresa a través de la luz”
-Armando Casas, ex director del CUEC-



Su nombre es Emmanuel Lubezki Morgenstern, pero todos lo apodan Chivo. Nació en la Ciudad de México el 30 de noviembre de 1964. Estudió cinematografía en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la Universidad Autónoma de México. De un tiempo a la fecha nos suena su nombre por haber ganado 3 premios Oscar consecutivos como director de fotografía por las cintas Gravity, Birdman y The Ravenant, pero ¿Qué sabemos realmente del trabajo del Chivo?

Un fotógrafo es por etimología, el que dibuja con luz. Sin embargo yo diría que el trabajo de Lubezki va más allá de retratar el paisaje o buscar el mejor ángulo de los actores. Este fotógrafo es realmente un poeta audiovisual: la emotividad, el equilibrio de las formas, el acertado manejo de la luz natural, las innovadoras y largas tomas que sumergen al espectador en un mundo tan fantástico como íntimo se conjugan para volver su trabajo inconfundible.

Lubeski con el actor Forrest Goodluck durante el rodaje de The Ravenant

Sin embargo, uno de los elementos que mejor maneja es la profundidad de campo. La profundidad de campo es el margen de distancia en que los elementos se encuentran nítidos o perfectamente enfocados, por lo tanto, mientras más amplio sea el margen de profundidad de campo, más objetos nítidos se verán en la imagen. Este recurso suele utilizarse en un rango amplio en paisajes y planos de gran dimensión que dan contexto a los mismos, y en rango mucho más estrecho para focalizar la atención en un punto específico. La fotografía de Lubezki se caracteriza por usar la profundidad de campo en tomas prolongadas de gran angulosidad, dotando a la imagen de realismo.

Un ejemplo de las tomas largas antes mencionadas es el filme Birdman de Alejando Gonzáles Iñárritu de 2014. El argumento es narrado desde el interior de un teatro donde el protagonista vive y trabaja montando su propia obra. Todas las trayectorias de éste desde los camerinos al escenario y viceversa son capturadas por Lubezqui siguiéndolo desde atrás. A pesar de que lo único que vemos es la parte posterior de sus hombros y cabeza, la duración de las tomas, los pequeños diálogos que se van entablando con gente que aparece en el camino y una magnífica banda sonora a base de percusiones, nos da la sensación de entrar en la piel del personaje, como cuando colocas tu cabeza muy cerca de la de otra persona y crees oír sus pensamientos y sentir sus sentimientos. No por nada esta película le valió su segundo premio de la academia.


Emma Stone en fotograma de Birdman donde se aprecia el uso de luz natural

Sin embargo, el primer Oscar se lo llevó por Gravity, de 2013 dirigida por Alfonso Cuarón. He escuchado opiniones muy encontradas con respecto a esta cinta. No faltó quien la juzgó de demasiado extensa, trama poco compleja y tema ya muy usado, pero a mi modo de ver le da un giro totalmente nuevo al concepto de espacio exterior, y por supuesto, Lubezki es parte crucial. Para empezar, solo tenemos a dos actores durante toda la filmación, uno de los cuales aparece como mucho, 15 minutos. La mujer que nos mantiene expectantes el resto del tiempo es Sandra Bullock, quien por supuesto hace un trabajo espectacular, pero que creo no luciría tanto sin un fotógrafo de la talla del Chivo. Los enfoques que nos muestra de la Tierra desde el espacio generan una sensación de calidez y añoranza, lo cual me parece curioso, porque la mayoría de las imágenes que había visto de nuestro planeta me generaban más bien una especie de desconocimiento y desarraigo hacia ella. Y resulta que lo que logra Lubezki es esencial para la trama, la cual interpreto como un intento de demostrar que nuestro lugar es aquí mismo y una crítica a nuestro impulso de colonizar lo que no nos pertenece.


Fotograma de Gravity

El último Oscar del Chivo es quizá su esencia en la máxima expresión posible, y por supuesto resultado de su exitosa dupla con Iñárritu. Se trata del filme que le otorgaría el anhelado primer Oscar al actor Leonardo Di Caprio: The Ravenant.

En esta cinta, Lubezki captura todos los detalles y elementos poéticos que le brinda el paisaje. Creó tonalidades muy complejas en donde predominan los tonos azules que reflejan al frío que se vuelve un personaje más de la historia. Además, la película se filmó en ambientes totalmente naturales donde no siempre se puede controlar lo que se tiene en frente, sino que hay que saber manejar y adaptar lo que se ve en el momento. Estoy segura de que no cualquier fotógrafo hubiera sido capaz de darle vida a una historia tan compleja en un contexto con tantos retos. En este filme particularmente, las tomas abiertas involucran a la audiencia de una forma muy visceral. La profundidad de campo antes mencionada, permite a Lubezki acercamientos a los actores donde se perciben a detalle las emociones, pero sin descuidar al paisaje que se funde con las presencias humanas.

Fotograma de The Ravenant

Sin embargo, Lubezki tiene películas de otro corte, como las que realizó con el director Terrence Malick y en la que luce su aprovechamiento de la luz de día. De hecho, el mismo Lubezki ha dicho que prefiere trabajar sin luces externas para lograr ambientes más naturales. Un buen ejemplo de este tipo de cintas es To the Wonder, de 2013. Esta cinta carece de fantasía o ciencia ficción. Incluso al ver los fotogramas podríamos decir que no son extraordinarios a primera vista, pero si ponemos atención en el aprovechamiento de la luz incluso en tomas nocturnas y el manejo de contra luz tan característico del fotógrafo, nos damos cuenta en seguida de su maestría.

Algo que no muchos saben, es que el Chivo fotografió en 1999, Sleepy Hollow de Tim Burton. Esta oscura y novedosa versión de la leyenda del jinete sin cabeza fue una de mis películas favoritas en la infancia. Saber que era Lubezki el responsable de tan sugestivas tomas me sorprendió y a la vez no. Constantemente presenta luz suave para darle al filme esa necesaria carga de misterio. De hecho, fue nominada al Óscar por mejor cinematografía. También fue nominado por A Little Pincess de 1995.

Tree of Life, de 2011 es otra película donde da rienda suelta a su lirismo, el cual balancea con la calidad de las imágenes. Es una película visualmente muy bella, donde abundan las tomas panorámicas y simétricas. Una de las mejores escenas que se pueden apreciar de este rodaje es donde captura las sombras de dos niños jugando, pero la cámara se encuentra de cabeza, de modo que juega con los planos de la realidad obteniendo una escena creativa, simbólica y novedosa técnicamente.


Fotograma de Tree of Life 

Emmanuel Lubezki no inventó las tomas largas, ni el contra luz, tampoco la profundidad de campo ni la luz natural, son elementos que encontramos en grandes cineastas anteriores de la talla de Alfred Hitchcock y Stanley Kubrick, pero lo seguro es que la justificación de su estilo y la manera en la que conjuga los elementos a su favor ha influenciado a cadenas como la HBO y la BBC.

Lubeski ya es considerado uno de los mejores cineastas de nuestro tiempo, y vale la pena entender por qué, más allá de saber que ha ganado 3 Óscares consecutivos a la fecha. Como diría Cuarón: “Chivo Lubezki, amigo, hermano, compañero y maestro” inspira a millones de personas alrededor del mundo, y seguirá inspirando mientras su poesía llegue a nuestros ojos.









Filmografía consultada


Burton, Tim: Sleepy Hollow, año 1999.

Cuarón, Alfonso: Gravity, año 2013.
                             La Princesita, año 1995.

González Iñárritu, Alejandro: Birdman, año 2014.
                                              The Ravenant, año 2015.

Malick, Terrence: To the Wonder, año 2012.

                                The Tree of Life, año 2011.

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