Oleanna

Foto: Zoombie Film

Siempre que empiezo a escribir una entrada para este blog, pienso: “¿qué diablos voy a hacer?”. Me pasa especialmente con aquellas dedicadas a las artes escénicas. Sin embargo, es cuestión de recapitular y organizarme para que, de a poquito, las ideas vayan fluyendo y enlazándose en un texto más o menos coherente. Esta entrada fue distinta, esta entrada fue difícil.

Es la tercera vez (gracias a mi fructífera colaboración con Zoombie Films) que tengo el placer de ver actuar a Bruno Bichir en el foro principal del Foro Shakespeare, y ahora también dirige la puesta en escena. Se trata de una perturbadora obra de teatro estrenada en 1992: Oleanna, de David Mamet.

¿Por qué perturbadora? Porque lo que hace es, precisamente, alterar el orden de las ideas que con tanto esfuerzo hemos generado sobre algunos temas ruidosos: el papel de la educación superior dentro de la sociedad, la guerra del poder y el acoso sexual. Pero antes de ofrecerles mi interpretación del texto dramático, quisiera hacer algunos comentarios personales.

He sido afortunada. Solo una vez me he sentido expuesta por el simple hecho de ser mujer. Fue una experiencia tan fuerte para mí, que le dediqué una entrada de este blog, la cual escribí ese mismo día casi por instinto. Sin embargo, el acoso, la violencia de género y el machismo nunca me han afectado directamente, probablemente viva en una burbuja.

Foto: Zoombie Films
Así llegué a la función de Oleanna el domingo pasado. De la obra solo conocía el título, porque no revisé las reseñas de la puesta pasada y no imprimieron programas de mano –Bruno nos dijo más tarde que les dolía el corazón ecológico, porque al final de la función están todos tirados en el piso, así que si vas al teatro, por favor no tires al piso el programa de mano-. El argumento va más o menos así:

Carol (Tato Alexander) es una alumna universitaria que reprueba cierta materia y acude a su profesor, John (Bruno Bichir). Este la recibe en su oficina, aunque claramente está más preocupado por los conflictos en la compra de una nueva casa, dado que su esposa lo llama por teléfono todo el tiempo. Desde la primera escena podemos identificar el contraste en las posiciones de los personajes; la vulnerabilidad de la alumna, quien se muestra desesperada por no poder aprobar e insiste en que ha hecho todo lo que se le pidió; la descalificación del maestro al trabajo de la alumna y el poco interés que muestra hacia su situación. Sin embargo, la indiferencia se va volviendo simpatía en la medida en que ella resiente sus comentarios y le dice que la está llamando tonta.

John le dice a Carol que se siente identificado con ella. Él comienza a contarle problemas de su pasado en modo de consejo, situaciones tanto escolares como personales que lo atormentaban y que lo hacían sentir inferior, diciéndole que la entiende mejor de lo que ella cree. La barrera académica que los separaba se viene abajo, y con ella, lo políticamente correcto. Pero Carol mantiene una actitud desconfiada y temerosa. Desesperada por no lo lograr comprender los temas que John le va exponiendo, la joven rompe en llanto y él se acerca a consolarla. Cuando parece que ella va a confesarle algo importante, suena el teléfono y él se levanta a contestar. Cuelga el teléfono y se va. Le han preparado una fiesta en su casa para celebrar un reciente nombramiento. Aquí se plantea una primera interrogante: ¿En qué momento cambió la actitud del maestro hacia la alumna?

Foto: Zoombie Films
En la siguiente escena, Carol ha presentado una queja ante el consejo de la escuela, acusando a John de acoso sexual. Esto no solo lo afecta en un nivel personal, sino que pone en riesgo su ascenso, y con ello la compra de la casa. A partir de este momento, los personajes comienzan a cambiar de plano y de posición. Las pequeñas acciones que pudieron haber pasado desapercibidas, aparecen ahora en listado y en una versión totalmente perversa. Vemos que no hay malos ni buenos, solo hay una situación e infinitos puntos de vista. La tensión entre los personajes va en aumento hasta descontrolarse en los últimos minutos. Por eso salimos sin palabras; no es sencillo tomar una postura y nos da miedo hablar sobre lo que estamos pensando o sintiendo.

Ya de salida, Bruno comentó que Oleanna era uno de los mejores textos que había pasado por sus manos. Me impresionó la vigencia que presenta después de casi 30 años. También habló sobre el título de la obra. Está basado en una canción folk, que habla del sueño de liberarse de las cadenas de la esclavitud, y describe un paraíso llamado Oleanna donde nadie trabaja, todos se entienden y son felices.


Oleanna se estará presentando los sábados y domingos a la 1:30 pm en el foro principal del Foro Shakespeare (Zamora 7, colonia Condesa). 

Foto: Zoombie Films

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