El arte, el presupuesto cultural y la autogestión



El arte es un camino que sólo se elige cuando se tiene una profunda conexión hacia él: es demandante, desgarrador, necesariamente honesto y auténtico, se vive el trabajo y se trabaja la vida en el sentido de que es artística la cotidianidad. No se puede ser artista y carecer de vocación. Sin embargo, el arte no deja de ser un oficio remunerado. Y es aquí cuando se vuelve indispensable trabajar: por dinero y por estabilidad emocional.

En la mayor parte del mundo, es imposible emplear a todos los artistas para que vivan de practicar cualquiera que sea su disciplina. El caso de la danza es particular; los bailarines requieren de un entrenamiento constante para mantenerse en condiciones de ejecutar profesionalmente, y ese entrenamiento cuesta dinero, porque debemos contar con la asesoría de un maestro experimentado. Nunca terminamos de perfeccionar la técnica, las correcciones son inagotables.

Se es afortunado cuando se ingresa a una compañía que ofrece clase de técnica todos los días y un salario estable, pero este es el caso de menos de la décima parte de los bailarines en México. Cada día hay más y mejores bailarines, cada día hay menos contratos. Como alternativa, muchos generan sus propios proyectos escénicos, los cuales en algunos casos ganan concursos que les ofrecen patrocinios, pero eso es también muy arbitrario, no se puede vivir de becas eternamente porque no hay tantas, y porque las nuevas generaciones existen.

¿Resultado? Se vuelve real la idea de que no puedes contar solamente con la carrera de danza, tendrás que conseguir otro trabajo que te permita subsistir. Pero ¿Esto es trágico? O ¿se traduce simplemente en fracaso? No, yo diría que se traduce en que faltan espacios de creación independientes, y en que tener una profesión adicional a la danza puede ayudarnos a generar estos espacios.

Salir del medio dancístico no solo puede darnos dinero, sino un abanico infinito de experiencias que nos ponen en contacto con el mundo real. Nos lo dijo Bratislava Nijinska a través de Nellie Happee:


“No podemos dedicarnos única y exclusivamente a la danza, hay que nutrirse de todo lo que podamos para tener algo interesante que decir”


Y no se refería únicamente a ir a exposiciones y conciertos, sino de verdad observar nuestro entorno y todo lo que influye en él, de la ingeniería a la literatura, del derecho internacional a la gastronomía, todo nos alimenta, cualquier detalle que llegue a emocionarnos puede ser la semilla de una obra artística.

Hasta aquí tenemos técnica, pasión, sustento económico y experiencias nos enriquecen como humanos y artistas ¿Qué falta? - además del apoyo institucional con el cual de antemano no contamos, se supone que queremos abrir camino, no esperar a que se abra solo-.

Falta conexión. Se nos olvida que solos no podemos llegar a ningún lado. Una característica particular de las grandes metrópolis -cabe aclarar que me estoy basando en las monstruosas dimensiones de la Ciudad de México- es la “libertad” de la que gozan los individuos: a nadie le importa lo que hace el vecino. Esta puede ser una ventaja en ciertos casos, incluso una idea sobremanera atractiva para aquellos que han vivido siempre en un pueblo y están cansados de conocer a todo el mundo. Pero en la ciudad se da el efecto contrario: estamos en contacto con una variedad infinita de personas y no conocemos a nadie. ¿Qué significa esto a la hora de intentar juntarse a hacer un proyecto? Significa que tenemos todos los elementos, pero hacer equipo siempre es un problema: por traslados, por costumbre, y por miedo a dedicarle tiempo a algo que “en una de esas ni sale”.

No esperemos a que nos den la beca del FONCA, no esperemos un contrato, no esperemos el mítico presupuesto. Mejor conectémonos con colegas de todas las disciplinas, hagamos redes, busquemos espacios, autogestionemos, promocionemos también otros proyectos, colaboremos, trabajemos para atrapar a quien se deje con nuestra burbuja poética, que el arte no solo sirva para ser escuchados por el público, sino también para escucharnos entre artistas, y escucharnos a nosotros mismos.


Como bailarina y novel escritora, estoy abierta a cualquier posibilidad de creación, pueden ponerse en contacto conmigo a través del correo que aparece en mi perfil de Goolge+, a su vez enlazado a este blog en la barra lateral izquierda, debajo de la fotografía con mi nombre.


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